Los animales cavernícolas – troglobitas – son especies únicas de microorganismos, que incluyen insectos, crustáceos y peces, que pasan toda su vida en la clandestinidad. Están especialmente adaptados a la vida en total oscuridad, y permiten a los científicos visualizar los procesos biológicos. Sorprendentemente, los biólogos han descubierto cavernícolas extremófilos, cuyo alimento se basa en la quimio-sintesis o bacterias “come-minerales”. Proporcionan pistas sobre las primeras formas de vida sobre el Planeta y están siendo estudiadas por los científicos para aprender acerca de la posibilidad de vida en Marte. Como los troglobitas no pueden sobrevivir fuera de una cueva, su supervivencia está en peligro si el medio ambiente de la cueva es dañado o alterado.
La contaminación del agua, el número de visitantes, la basura, las inundaciones y cambios en los patrones de aire o temperatura puede perturbar la frágil red alimentaria de una cueva y su ecosistema. Una vez destruidos, estos confinados entornos tienen pocas posibilidades de regeneración, y troglobitas excepcionales podrían desaparecer para siempre.